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El relacionamiento entre hermanos en la empresa familiar

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Por Carlos Folle
Profesor del IEEM

Qué características tienen las relaciones entre hermanos que se desarrollan en las empresas familiares, qué factores influyen en ellas y en cómo se desempeñan, y qué consecuencias pueden tener para la empresa.

La evidencia indica que cuando se le pregunta a los miembros de una familia sobre las dificultades que encuentran por trabajar juntos, aproximadamente la mitad dice que es más difícil trabajar con miembros de la familia que con terceros no familiares, pero la otra mitad encuentra lo contrario –alegando que las satisfacciones que tiene por trabajar junto con familiares son mayores–. Por otro lado es común ver que las relaciones de trabajo más difíciles son las que ocurren entre padre e hijo y aquellas entre hermanos. En este artículo nos focalizaremos en las segundas.

El relacionamiento entre hermanos es normalmente el más longevo que cualquier persona tiene, superando en el tiempo a aquellos entre padres e hijos, entre cónyuges o incluso entre amigos. Asimismo, aquellos hermanos que además participan de una empresa familiar, comparten todavía más temas que aquellos que no lo hacen. En el contexto de la empresa familiar los hermanos asumen distintos roles y responsabilidades que pueden dar diversas oportunidades para estrechar aún más las relaciones, unir y generar espíritu de equipo, pero también motivos que pueden generar tensiones que lleguen a distintos niveles de conflicto.

Los hermanos comparten una serie de elementos que son clave para poder explicar las situaciones arriba descritas en el ámbito de la empresa familiar:

– Conocimiento profundo de las fortalezas y debilidades de cada uno. Esto es fruto de la historia y las experiencia de vida comunes. Normalmente los hermanos se han visto en acción en la empresa a lo largo de los años y conocen los puntos que cada uno calza en su desempeño profesional. Que lo quieran reconocer o no es otro tema.
– Sensibilidad y factores emocionales. El factor emocional puede jugar a favor fortaleciendo el compromiso por la causa, pero también puede teñir de subjetividad la toma de decisiones o de posiciones. Es frecuente ver que cuando hay un mal relacionamiento, la actitud sea de bloqueo permanente. “Si mi hermano opina A sobre un tema, aunque yo esté de acuerdo opinaré B para llevarle la contra”.
– Lealtad y rivalidad. Aquí juega un papel muy importante la educación en la familia. Aquellas familias en las que –consciente o inconscientemente– se promovían las comparaciones desde niños, terminan provocando una competencia por los logros y el éxito como factor de aprobación. Esto termina favoreciendo la aparición de relaciones de rivalidad entre los hermanos. Por otro lado aún en estas situaciones, también puede pasar que simultáneamente haya un sentimiento de lealtad entre hermanos frente a “ataques” por parte de terceros. “Antes que nada, es mi hermano…”.
– Roles y madurez de las relaciones. A medida que los hermanos van creciendo, van tomando roles en la familia –y en función de ellos se los “etiqueta” –: la estudiosa, la deportista, la amiguera, el gracioso, el irresponsable, el inútil, etc. Lamentablemente muchas veces ocurre que este “concepto” perdura en la mente de los distintos hermanos y luego tiñe la relación laboral o profesional entre ellos cuando son adultos.
– Mujer/hombre y ubicación. Típicamente las expectativas sobre los hijos mayores son distintas a las de los hijos del medio o los menores. Asimismo en varias familias persisten sesgos en cuanto a si se trata de un hombre o una mejor, particularmente en determinados sectores de actividad.

Veamos el medio vaso lleno. Ante estos elementos, hay varias características que distinguen a las empresas familiares donde los hermanos tienen una buena o muy buena relación que deriva en una gestión eficaz de la empresa:

– Consenso sobre por qué continúan siendo una empresa familiar. Visión común, valores compartidos, sentimiento de ser portadores de un legado.
– Reconocimiento del valor de la complementariedad entre lo que aportan los hermanos por contraposición a la competencia entre ellos, lo cual les da un sentido de respeto por las decisiones del otro.
– Roles y áreas de responsabilidad definidas entre los hermanos, con niveles adecuados de autonomía para la toma de decisiones, evitando cuestionamientos y trancas innecesarias y poco constructivas.
– Confianza, respeto y apoyo mutuo, cuando son pares, alimentados por buenos niveles de comunicación. Reconocimiento de logros.
– Aceptación y respeto por las relaciones de jerarquía cuando estas existan entre hermanos, separando lo profesional de lo familiar.
– Reconocimiento de la existencia de diferencias de criterios y de cómo y en qué ámbitos dirimirlas a efectos de mantener los conflictos bajo control, con un bajo impacto en las relaciones.

Como conclusión, la primera escuela es el hogar familiar, y la forma cómo fueron educados los hijos naturalmente tendrá consecuencias, años más tarde cuando estén juntos en la empresa familiar.

Fuente http://ieem.edu.uy/noticias/el-relacionamiento-entre-hermanos-en-la-empresa-familiar/

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