Se suele creer que bajar los precios ayuda a salir de la crisis, y es todo lo contrario.
Lo único que se consigue al bajar los precios es que haya menos dinero en circulación, y si hay menos dinero circulando, seguimos empeorando.
Los precios bajos sólo atraen a clientes que no quieren pagar y que se quejan ¿Es eso lo que quieres para tu negocio?
Está bien tener servicios y productos más económicos que no requieran de tu tiempo como es el caso de mis ebooks o cursos grabados, que los hice sólo una vez y los vendo de forma constante y automática. Pero los servicios que requieran de tu tiempo y atención deben tener más precio, eso sí, hay que aportarles valor para que la gente quiera tenerlos porque les supone una inversión y no un gasto.
Aquí te dejo las claves que a mí me ayudaron a dejar de sentirme mal por subir mis precios ni a decirlos a mis posibles clientes.
Comienza valorándote tú
Si te sientes mal por pedir altos precios, es porque tú misma no te valoras. Deja atrás lo que no has hecho bien en tu vida o tu negocio, si acaso busca mejorarlo, y concéntrate en las cosas que has hecho bien, en tus fortalezas. Si no las encuentras, pregúntale a alguien que te conozca bien.
Invierte en formarte en aquello que debes reforzar o que no sepas, y recuerda siempre que nadie nace sabiendo, como decía el gran Einstein: Todos somos ignorantes, lo que ocurre es que no todos ignoramos las mismas cosas.
Vende lo que necesitan tus clientes
A la gente le gusta comprar, pero no le gusta que le vendan. No crees una nueva necesidad, dirígete a tu cliente potencial y dale lo que él ya quiere, esto se consigue gracias al marketing de atracción. Para saber lo que quiere tu cliente, haz encuestas.
Dirígete a clientes que tengan los medios económicos
Muchas veces te sientes incómoda cuando das tu precio, porque piensas que el cliente no va a poder pagarlo, pero eso se soluciona si te diriges a clientes de alto poder adquisitivo, que quieren lo que tú estás ofreciendo. Haz paquetes de lujo, aportando mucho valor.
Actúa con naturalidad
Como decía mi mentora, cuando digas tu precio debes hacerlo con naturalidad, como cuando le dices a alguien en la mesa: “Pásame la sal”. Debes demostrar seguridad en ti misma, por eso es tan importante lo que te dije sobre valorarte, si tú te valoras, los demás actuarán de espejo y te valorarán (pincha aquí para twittear esta frase), por lo que nadie discutirá tu precio.
Implementa estas claves y dejarás de sentirte incómoda al pedir más dinero por tus servicios. Y recuerda siempre todo el tiempo y esfuerzo que has tenido que invertir en tu formación y tu trabajo, antes de volver a bajar tus precios.
Ana Zabaleta
“La Coach de la Empresaria”
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