
– Cambios en los comportamientos: cualquier cambio repentino e inexplicable en el comportamiento de un miembro de la familia. Es probable que indique algún cambio en la forma de pensar y es necesario averiguar si ello esta relacionado con cuestiones de la familia o de la empresa.
– Percepción de trato injusto: quejas sobre cualquiertipo de injusticias. Hay que tener en cuenta que cuando algo se percibe como real, sus consecuencias son reales.
– Errores: los errores frecuentes por parte de algún miembro de la familia, ya que pueden significar una sobrecarga de trabajo o cualquier otro tipo de estrés.
– Falta de comunicación: ausencia de comunicación frecuente entre miembros de la familia que comparten una responsabilidad o tarea.
– Desidia: prolongar la toma de decisiones o retrasar decisiones importantes.
– Desacuerdo en procesos: desacuerdos respecto de quién y cómo deben tomarse las decisiones, tanto en el ámbito de la empresa como en el de la familia.
– Falta de consenso: Imposibilidad de que los miembros de la familia logren consensos, incluso en temas menores.
– Objetivos poco claros: ausencia de una visión clara por parte de los miembros de la familia respecto de los objetivos y dirección que se le quiere dar a la empresa familiar.
– Desconexión: la existencia de miembros de la familia que comienzan a distanciarse de la empresa familiar porque sienten que tienen poca vinculación emocional y económica con la misma.
– Privilegios: la percepción de que determinados miembros de la familia se encuentran en situaciones privilegiadas y disfrutan de ventajas gracias a ellas.
– Continuación: la generación mayor prolonga su permanencia en los puestos directivos más allá de una edad lógica de jubilación, impidiendo el acceso a puestos de responsabilidad de la siguiente generación.
– Nepotismo: políticas de contratación predispuestas a favor de los miembros de la familia más allá de sus capacidades y experiencias, lo que origina una incongruencia de habilidades en la empresa y el desánimo de los directivos no familiares.
– Ambigüedad de roles: los directivos familiares no comprenden o no tienen debidamente delimitados sus roles y responsabilidades.
– La torre de marfil: ausencia de voces independientes en el directorio o ausencias de discusiones francas que hagan responsables de sus acciones al equipo directivo y a los accionistas familiares.
– Desigualdad: individuos o grupos de individuos que obtienen beneficios desproporcionados con relación a su contribución a la empresa familiar.
– Falta de planificación: sobre todo en torno a la transición generacional; incapacidad o rechazo de la familia y el directorio en cuanto a acordar planes de sucesión.
– Ausencia de diálogo sincero: reuniones en las que siempre hay acuerdo porque nunca se discuten los asuntos fundamentales relacionados con objetivos y sentimientos.
– Inestabilidad de los ejecutivos: dificultades para encontrar, atraer y retener a directivos no familiares que ocupen puestos relevantes.
– Rumores negativos: los rumores y comentarios negativos ya que sugieren un problema cultural.
– Facciones: la formación de grupos, sobre todo en torno a los miembros de la familia, con poca interacción o intercambios francos entre ellos.
Fuente: Libro «Familias en guerra» de Grant Gordon y Nigel Nicholson.
Tomado de http://newsmaker4.com.ar/clientes/empresafamiliar/empresafamiliar
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