«Una vez que escogemos un camino, es necesario que olvidemos todos los otros», dice el maestro a sus aprendices.
Simón, el discípulo que no sabe aprender, escucha con atención. A la salida de la conferencia, Simón es invitado por un grupo de personas a dar una charla en una escuela: 
– Rechazo todo pago -dijo Simón. Soy un servidor, y quiero divulgar la palabra de la Fe.
El grupo se queda contento, van hasta la escuela, y Simón da su conferencia. Finalmente, pregunta:
– Nada más que por curiosidad, me gustaría saber: ¿cuánto dinero rechacé?
Al enterarse del excelente pago que hubiera recibido, Simón se siente explotado por el grupo que lo había invitado, y va a quejarse con su maestro:
– Cuando la gente hace una elección, debe siempre olvidar las otras alternativas. El hombre que sigue un camino, y se queda pensando en lo que perdió al dejar de lado los otros, nunca llegará a ninguna parte -fue la respuesta del maestro-.
Autor Desconocido
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Pues muy interesante este planteamiento tan sencillo, porque a muchas empresas les ocurre que por querer buscar una solución perfecta para cualquier situación, se desvían de sus objetivos.
Una vez escogido un plan de acción, es necesario ajustarse a él hasta que culmine, porque siempre se presentará una alternativa aparentemente mejor. Es lo normal.